La salud visual está íntimamente relacionada con la salud financiera de las empresas. Especialmente de aquellas que tienen más más empleados. Eso es, al menos, lo que se desprende del último estudio publicado por la revista Ophthalmology, en el que se deja claro que el deterioro visual y la ceguera como consecuencia de una miopía no corregida tuvo un impacto económico en la economía mundial de casi 250.000 dólares en pérdida de productividad.
Un lastre de producción que se hace especialmente evidente en Asia, donde se dan la mayoría de casos de pérdida de productividad vinculada la pérdida de visión, suponiendo una merma de nada más y nada menos que de 150.000 millones anuales, tal y como concluye el estudio firmado por el Vision Impact Institute y el Brien Holden Vision Institute.
Una realidad de la que empiezan a ser poco a poco más conscientes los empleadores, a menudo obcecados por medir hasta el último indicador de productividad a través de complejos sistemas informáticos, sin prestarle la mínima atención a la salud visual de sus empleados en busca de corregir una miopía que, salvándose, puede alterar sustancialmente la tasa de productividad de los empleados.
Tal y como revela el estudio «la miopía siempre ha sido una real amenaza para la salud pública, pero prevemos niveles críticos. Es un problema de salud pública y se proyecta que afectará al 50 % de la población mundial en 2050». Así lo asegura Kovin Naidoo, vicepresidente senior de Negocios Inclusivos, Filantropía e Impacto Social de 2.5 NVG, Essilor, y autor principal de un informe en el que también se recoge que «nuestra investigación demuestra que este problema tiene consecuencias económicas. La buena noticia es que el problema se puede corregir con una solución que ya existe».
La salud y su influencia en la productividad
En el apartado de conclusiones, se apunta que con una única inversión de 20.000 millones a realizar en cinco años valdría para incorporar los servicios de detección y corrección visual de todos aquellos empleados que la necesiten, lo que a la larga, no cabe duda, supondría un enorme ahorro en términos de pérdida de la productividad.
Según los autores de la investigación «aunque esta investigación destaca la conexión entre la miopía y la productividad, las consecuencias son de amplio alcance», subrayó Kristan Gross, director ejecutivo mundial del Vision Impact Institute, concluyendo que «la vista también afecta la educación, el desarrollo infantil y la seguridad vial. Y para los países, varios Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, como el número 1 (Fin de la pobreza), el número 4 (Educación de calidad), el número 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) y el número 10 (Reducción de las desigualdades), no se podrán lograr sin una buena vista».
Dicho de otra forma, con una inversión doce veces y medio menos de lo que se pierde en un año se podría conseguir paliar una pérdida que no se puede corregir de ninguna otra forma que interviniendo en los problemas de visión de los empleados. Visto así parece que no tardaremos mucho en ver cómo las grandes empresas instalan o acuerdan con empresas externas la implantación de protocolos detección y corrección de miopía en sus empleados.